martes, 24 de abril de 2012

Rolling words


Este es otro libro, pero en este caso entramos en la categoría "libro-objeto" y, siguiendo la línea de la entrada anterior, puede decirse también que es un buen ejemplo de hasta dónde puede llegar el desarrollo sustentable. Ja!
Se llama "Rolling Words" y es una publicación del rapero, productor y actor yanqui, Snoop Dogg. Se trata de un libro-cancionero que contiene letras de sus canciones y está impreso en papel de cáñamo, con el objetivo de que el lector pueda armarse sus propios cigarros con sus hojas. (como podemos saber a través de wikipedia, "cáñamo o cáñamo industrial es el nombre que reciben las variedades de la planta Cannabis sativa y el nombre de la fibra que se obtiene de ellas, que tiene, entre otros, usos textiles".).
El diseño del libro es impecable, cada hoja está perforada para que se pueda desprender facilmente, la tinta usada no es tóxica y el lomo de libro tiene papel de lija, para encender los fósforos. 

Lamentablemente lectores, si se entusiasmaron tengo que decirles que, hasta ahora, este es un objeto netamente promocional, y solo se ha regalado en diferentes festivales donde ha participado Snoop Dogg , y no se sabe si algún día estará a la venta.

Este genial concepto, así como la idea y el diseño, son méritos de la agencia de San Francisco Pereira & O’Dell. 








jueves, 19 de abril de 2012

Diarios de bicicleta



Esta es una entrada adeudada, pero mucho más oportuna en un día como hoy, en el que se festeja mundialmente el "Día de la bicicleta".
Siguiendo una costumbre, ya bastante arraigada en mí, en las pasadas vacaciones de verano me dediqué, entre otras cosas, a leer un libro. Mi idea es leer libros que sean lo suficientemente interesantes para absorber mi atención casi por completo durante ese período que se dedica al desenchufe, despejando pensamientos, divagaciones y preocupaciones, viejas y nuevas, dejándome lista, mental y espiritualmente, para comenzar un año nuevo sin cargas. Algo así como un lavado cerebral. Libros que me aporten algo positivo, con todo lo que eso puede significar, sin importar mucho si son novelas, cuentos, ciencia ficción, o el género que sea. Quizás pueda sonar pretencioso pero, sinceramente, cada verano, cada año (porque el resto del año también leo, eh?) concluyo que en materia de lectura, como en el cine, la música y la comida, hay tanto para conocer, y todo tan interesante, que seguro esta vida no alcanza.
En esa búsqueda, me topé con el genial "Diarios de bicicleta" de David Byrne.
Para los que no saben, Byrne, además de ser una figura trascendental para la música pop de varias décadas, destacado artista plástico y multimedial, es un tipo que anda en bici por la vida. En la ciudad donde reside habitualmente, Nueva York, y en cada ciudad a la que visita con sus presentaciones, David anda con su bici plegable de acá para allá. Como en una especie de estudio antropológico en movimiento, el músico recorre y conoce las comunidades, su gente, sus historias, su música, sus costumbres, desde un punto de vista y alcance distinto al que ofrecen los clásicos medios de transporte.
Así se engendró este libro, en el que el mentor de Talking Heads, relata sus observaciones y vivencias en lugares tan atractivos y disímiles como Berlín, Sydney, Manila, Londres y hasta Buenos Aires. 
En su papel de acérrimo promotor del uso de bicicleta como medio de transporte ecológico, sano, vital y genial, olvidado desde hace tiempo por los habitantes de las ciudades, que nos sumergimos y ahogamos a diario en gigantes autovías e intrincadas estructuras urbanas que nos obligan a encapsularnos, aislándonos de lo que realmente sucede, David nos sube a una bici imaginaria y nos lleva por grandes ciudades, rutas anchas, caminos de tierra, pueblitos vecinos, cercanos y lejanos, todos llenos de vida.

Después de leerlo pensé en varias cosas. Primero sumé algunos sitios a mi lista de lugares que quisiera conocer, después me enorgullecí por ser una vieja reicidente en el uso de la bici, y también hice un mea culpa por mi utilización del auto.
Por mi parte, aunque no diga nada nuevo, creo que una innegable realidad nos sacude: el automóvil, el uso desmedido e inconsciente que de él hacemos, como toda la cultura que lo rodea -además de otros hábitos suicidas que fuimos desarrollando- generaron daños irreversibles al medio ambiente. Algo tiene que cambiar, y sin dudas es nuestra actitud.
La actual y demente guerra por el petróleo, desatada por intereses y capitales inconmensurables como la ambición y codicia que pone en juego, tan lejana que parecía, ahora afecta a nuestro país. Y aunque se levante la bandera de defensa de los recursos naturales, todos sabemos que a los dirigentes políticos -del mundo entero- les importa más el dinero, y el poder que este otorga. El petróleo algún día se acabará, y aunque quizás no lleguemos a vivirlo nosotros, sería importante que pensemos en quienes nos continúan, y en algo que todavía estamos a tiempo de dejar como herencia: amor por la vida y costumbres más sanas y felices, con las que se desarrollen piernas fuertes, para caminar, correr o pedalear. Y de paso, como dice David, "una sonrisa gigante en la cara".

Como cierre les dejo un par de links relacionados y un simpático video, que también invitan a repensar nuestra postura.





jueves, 12 de abril de 2012

Nuestro freaky preferido



Hace muy poquito leí una entrevista -publicada en la Inrockuptibles del mes de marzo- al actor canadiense Ryan Gosling, tan destacado y mencionado últimamente, y pude conocer más acerca de su historia y trabajo, y la verdad es súper interesante. Porque no le basta con sobresalir en la actuación como lo está haciendo, si no también le arremete a la música, más específicamente al indierock con su banda "Dead man´s bones" en la que además de cantar, también toca el piano, guitarra, bajo y cello. La temática de sus canciones (contenidas en dos discos, uno editado hace muy poquito de título homónimo) se centra en lo sobrenatural, montruos, hadas y duendes, temas que desde niño lo rodearon ya que, como cuenta en la entrevista, su madre creía en la existencia de estos seres y su familia daba por hecho la convivencia con duendes, por ejemplo.
En cuanto al cine, Ryan se explaya sobre sus úlimas representaciones contando que, con el tiempo se ha puesto algo selectivo con los roles que elije interpretar, prefiriendo trabajar con directores como el sueco Nicolas Winding Refn, su director en "Drive", o con Derek Cianfrance, promesa independiente americana, quien lo dirigió en "Blue Valantine" y lo vuelve a hacer en la aún no estrenada "The Place Beyond the Pines". Y que, por sugerencia de su médico, quien le aconseja relajarse y hacer otras cosas, se mete en papeles como el de "Crazy, Stupid, Love" para divertirse, simple y llanamente. Y también le sale muy bien!

Ya habiendo visto algunos films en los que participa, como "United States of Leland", "The notebook" (o Diario de una pasión como fue pésimamente traducida aquí), y la mediocre "Murders by numbers", luego de leer la nota y como acción casi inercial, me decidí a ver los restantes y más nuevos.
Empecé por "Lars and the real girl", bastante rara, con aspectos del relato algo bizarros,  pero destacable básicamente por su personaje.
Siguió "Blue Valantine", increíble desde lo narrativo, estético, fotográfico, musical, y con personificaciones -su coprotagonista es Michelle Willams- que sitúan al film entre lo más destacado del útimo tiempo. 
Y después vino "Drive", de argumento bastante trillado, pero cuya estética y perfeccionismo en la generación de climas, con altibajos abruptos, originan una tensión armónica -si es que existe tal- entre escenas apacibles y violentas. Su personaje, un héroe no tradicional, romántico e irascible al mismo tiempo, termina de definir este film en el que son más importantes las imágenes que las palabras.

No sé ustedes, pero después de hacer mi modesta sintesís de lo visto, sólo quiero hacer una cosa: seguir viendo sus pelis. Y escuchando su música, claro. 
Aquí les dejo el video de ""In The Room Where You Sleep", del disco Dead Man's Bones.