Por un mundo sin reggaeton

Hace un tiempo, un poco en serio y un poco en broma, y a partir de una idea surgida en algún momento de intolerancia musical, hice unos wallpapers con la mencionada frase acompañada por una Stratocaster, como puede verse en la imagen que acompaña este post.

En estos últimos días tuve la desdicha de recordar esa idea.
Primero la semana pasada, en el cumpleaños número 7 de mi sobrina. Para mi sorpresa y la de varios adultos presentes los niños cantaban a viva voz, aunque no canciones de María Elena Walsh, ni siquiera del bizarro Piñon Fijo, sino que se sabían a la perfección todos los "reggaetones" que el animador del infame pelotero les ponía.

Hoy, por segunda vez, mientras esperaba el colectivo tranquiiiila, escuchando música en mis auriculares, un simpático joven se paró frente a mí con su moto equipada de enormes parlantes, en los que resonaba alguna canción de este estilo musical tan consumido.

El problema no es que escuchen música, el problema es "ésa música". Pero más aún que nos obliguen a quienes circulamos libremente, y hasta a veces felizmente, a tener que escucharla.
El problema es que corrompan los oídos, y en cierto modo el desarrollo de un sentido artístico, de seres que todavia están creciendo, con canciones cargadas de machismo y falta de creatividad musical.

Eso no se hace.

(si suena a enojo, es lo que hay)

-el que quiera un wallpaper de esta inocente campaña, puede escribirme a esta cuenta y con gusto le enviaré uno-