sábado, 31 de enero de 2009

Abuelito dime tú



Este señor se llama Hayao Miyazaki, y es uno de los mas grandes creadores y directores de dibujos animados del mundo (no sólo para mí). Su historia está llena de anécdotas curiosas, como la que cuenta que estaba destinado a seguir la empresa de su padre, y por eso estudió ciencias económicas. Hasta que comenzó a hacer pequeños trabajos para Toei Animation, mientras crecía en este trabajo conoció a Isao Takahata con quien colaboraria en la producción de Heidi y Marco.Después de numerosos trabajos importantes como Ana de Las Tejas Verdes, Conan el niño del futuro (1978), El castillo de Cagliostro (1979), Kaze no Tani no Nausicaa (Nausicaa del valle del viento - 1982), formó su propio estudio junto a Takahata, el famoso Estudio Ghibli.

Con su estudio produjo algunas de las películas animadas mas hermosas como El castillo errante de Howl (o El increible castillo vagabundo como la conocemos aca); El viaje de Chihiro, Porco Rosso, Mi vecino Totoro, Mononoke, y muchísimas mas. Pero para ser sincera, no he visto ni siquiera todas estas que nombré -mi hijo miró algunas mas que yo-, he visto sólo dos y me encantaron.Me parece increíble el hecho de presentarle a los niños historias imaginativas y personajes complejos, contándoles dramas sociales y personales de manera sutil. En sus películas siempre hay una historia de trasfondo, y no siempre es fácil hacer una clara distinción entre los elementos de la historia, hay que tener una mirada más aguda, mas activa. Y mucho más en el caso de los niños a los que los adultos generalmente sobreprotegemos, pensando que ellos no están preparados para ver o entender ciertas cosas. Los tratamos como tontos, como simples consumidores, y a la noche los dejamos ver programas como el de M. Tinelli sin percartarnos del daño psicológico que puede causarles (puede sonar exagerado pero nunca me voy a cansar de tomar como ejemplo -maliiisimo-este programa, y el de Rial y las novelitas baratas en la que todo es color rosa ).
Pero dejando de lado estas comparaciones maliciosas, lo que es más destacable en su trabajo es la forma en la que crea todas esas historias: lo hace a la vieja usanza, con animaciones cuadro por cuadro, es decir, no se usa en absoluto animación por computadora, todo en él es muy artesanal.
Su trabajo es de tal calidad que Disney le compró los derechos sobre varias películas para comercializarlas en America, aunque esto nunca se haya realizado. (es un dato muy curioso no¿)

Hace unos meses se estrenó la última de este señor -que me encantaría sea mi abuelo-, se llama Ponyo sobre el acantilado. Obviamente en nuestro país pasó desapercibido, como todos sus films.
Es una verdadera lástima que este tipo de cine sea desconocido para muchos, y no les demos a nuestros hijos más de estas historias, mágicas de verdad, y menos de las tradicionales en la que todo es tan brillante e irreal.






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