jueves, 2 de septiembre de 2010

Un hombre serio



Recibe con humildad todo lo que te suceda.
Rashi.


Desde que se estrenó esta peli, leí y escuché algunos comentarios sobre ella, los cuales hicieron que postergue inutilmente sentarme a verla. Digo inutilmente porque cada vez me convenzo más de que las críticas o comentarios pueden darnos preconceptos que nada tienen que ver con nuestra propia mirada de las cosas.
Antes de escribir esto vuelvo a leer algunas que tildan al film como "un notable retrato y caricatura del judaísmo", "una narrativa morosa y monótonamente repetitiva” que “aburre con su pesadilla kafkiana”, etc.
En mi opinión, contrarrestando bastante con estas críticas aunque coincidiendo con otras, lo que ví es una inteligente trama narrativa de refinado humor negro, en la cual las intrigas aparecen sucesivamente, como las desgracias se le aparecen a Larry Gopnik, el academico y padre de familia judia, protagonista del film.
Este sinfin de preguntas y cuestionamientos que abarcan la totalidad de la historia, como la mente de l profesor, no tiene un sentido en sí mismo... como pasa en casi todas las pelis de los hermanos Coen -así que si eso es lo que buscan ver, olvídense de ella-.
Tal vez la respuesta al "¿por qué todo esto a mí?" que se plantea Larry, y que parece escapar i
ncluso a los saberes de los grandes rabinos de su comunidad, sólo pueda llegar a pensarse o entenderse de una manera demasiado lógica: con el intrincado principio de incertidumbre que él mismo explica en una escena a sus alumnos, y a nosotros.




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